lunes, 4 de mayo de 2020

Prácticas del lenguaje - 1ro B- Género Narrativo I



E.P.J.A Sec. N° 9
Curso: 1° B
Prácticas del lenguaje
Profesor: Gustavo Adrian Reyes gustavoadrianreyes2020@gmail.com

Trabajo practico n° 2- Género Narrativo

La Literatura es un concepto complejo en constante construcción. Siendo un arte, la literatura conjuga el lenguaje, y el juego con el lenguaje, con el placer del lector. Pare llegar a esto, la literatura tiene un propósito estético.

 Mirar el siguiente video:

1-¿Cuál es la definición o definiciones que utiliza Paulina Treviño en el video?
2-¿Por qué afirma que la literatura debe enseñarte a ser curioso? ¿Lo hace?

Cuando hablamos de literatura, se suele dividir a la literatura en tres géneros literarios:
            Género Lírico: es el género en el que se busca, prioritariamente, expresar sentimientos, que pueden expresarse en textos escritos u orales, ya sea en prosa o en verso, a través de poesías, canciones, y otros.
            Género Dramático: incluye los textos pensados para ser representados, esto significa que se trata, en definitiva, del texto teatral, ya sea el texto escrito o el texto representado.
            Género Narrativo: es el texto que implica contar una historia, narrar. Supone plantear una ficción y comunicar el universo creado de hechos y experiencias.

En este trabajo nos centraremos en el Género Narrativo.

Leamos el siguiente cuento:

El leve Pedro de Enrique Anderson Imbert

 Durante dos meses se asomó a la muerte.
El médico murmuraba que la enfermedad de Pedro era nueva, que no había modo de tratarla y que él no sabía qué hacer... Por suerte el enfermo, solito, se fue curando. No había perdido su buen humor, su oronda calma provinciana. Demasiado flaco y eso era todo. Pero al levantarse después de varias semanas de convalecencia se sintió sin peso.
 –Oye –dijo a su mujer– me siento bien, pero no te puedes imaginar cuán ausente me parece el cuerpo. Estoy como si mis envolturas fueran a desprenderse dejándome el alma desnuda.
 –Languideces –le respondió su mujer.
 –Tal vez.
Siguió recobrándose. Ya paseaba por el caserón, atendía el hambre de las gallinas y de los cerdos, dio una mano de pintura verde a la pajarera bulliciosa y aun se animó a hachar la leña y llevarla en carretilla hasta el galpón. Pero según pasaban los días las carnes de Pedro perdían densidad. Algo muy raro le iba minando, socavando, vaciando el cuerpo. Se sentía con una ingravidez portentosa. Era la ingravidez de la chispa y de la burbuja, del globo y de la pelota. Le costaba muy poco saltar limpiamente la verja, trepar las escaleras de cinco en cinco, coger de un brinco la manzana alta.
–Te has mejorado tanto –observaba su mujer– que pareces un chiquillo acróbata.
Una mañana Pedro se asustó. Hasta entonces su agilidad le había preocupado, pero todo ocurría como Dios manda. Era extraordinario que, sin proponérselo, convirtiera la marcha de los humanos en una triunfal carrera en volandas sobre la quinta. Era extraordinario pero no milagroso. Lo milagroso apareció esa mañana.
Muy temprano fue al potrero. Caminaba con pasos contenidos porque ya sabía que en cuanto taconeara iría dando botes por el corral. Arremangó la camisa, acomodó un tronco, tomó el hacha y asestó el primer golpe. Entonces, rechazado por el impulso de su propio hachazo, Pedro levantó vuelo.
Prendido todavía del hacha, quedó un instante en suspensión, levitando allá, a la altura de los techos; y luego bajó lentamente, bajó como un tenue vilano de cardo.
Acudió su mujer cuando Pedro ya había descendido y, con una palidez de muerte, temblaba agarrado a un rollizo tronco.
–¡Hebe! ¡Casi me caigo al cielo!
–Tonterías. No puedes caerte al cielo. Nadie se cae al cielo. ¿Qué te ha pasado?
Pedro explicó la cosa a su mujer y ésta, sin asombro, le convino:
–Te sucede por hacerte el acróbata. Ya te lo he prevenido. El día menos pensado te desnucarás en una de tus piruetas.
–¡No, no! –insistió Pedro–. Ahora es diferente. Me resbalé. El cielo es un precipicio, Hebe.
Pedro soltó el tronco que lo anclaba pero se asió fuertemente a su mujer. Así abrazados volvieron a la casa.
–¡Hombre! –le dijo Hebe, que sentía el cuerpo de su marido pegado al suyo como el de un animal extrañamente joven y salvaje, con ansias de huir–. ¡Hombre, déjate de hacer fuerza, que me arrastras! Das unas zancadas como si quisieras echarte a volar.
–¿Has visto, has visto? Algo horrible me está amenazando, Hebe. Un esguince, y ya comienza la ascensión.
Esa tarde, Pedro, que estaba apoltronado en el patio leyendo las historietas del periódico, se rió convulsivamente. Y con la propulsión de ese motor alegre fue elevándose como un ludión, como un buzo que se quitara las suelas. La risa se trocó en terror y Hebe acudió otra vez a las voces de su marido. Alcanzó a agarrarle los pantalones y lo atrajo a la tierra. Ya no había duda. Hebe le llenó los bolsillos con grandes tuercas, caños de plomo y piedras; y estos pesos por el momento dieron a su cuerpo la solidez necesaria para tranquear por la galería y empinarse por la escalera de su cuarto. Lo difícil fue desvestirlo. Cuando Hebe le quitó los hierros y el plomo, Pedro, fluctuante sobre las sábanas, se entrelazó con los barrotes de la cama y le advirtió:
–¡Cuidado, Hebe! Vamos a hacerlo despacio porque no quiero dormir en el techo.
–Mañana mismo llamaremos al médico.
–Si consigo estarme quieto no me ocurrirá nada. Solamente cuando me agito me hago aeronauta.
Con mil precauciones pudo acostarse y se sintió seguro.
–¿Tienes ganas de subir?
–No. Estoy bien.
Se dieron las buenas noches y Hebe apagó la luz.
Al otro día cuando Hebe despegó los ojos vio a Pedro durmiendo como un bendito, con la cara pegada al techo.
Parecía un globo escapado de las manos de un niño.
–¡Pedro, Pedro! –gritó aterrorizada.
Al fin Pedro despertó, dolorido por el estrujón de varias horas contra el cielo raso. ¡Qué espanto! Trató de saltar al revés, de caer para arriba, de subir para abajo. Pero el techo lo succionaba como succionaba el suelo a Hebe.
–Tendrás que atarme de una pierna y amarrarme al ropero hasta que llames al doctor y vea qué pasa.
Hebe buscó una cuerda y una escalera, ató un pie a su marido y se puso a tirar con todo el ánimo. El cuerpo adosado al techo se removió como un lento dirigible.
Aterrizaba.
En eso se coló por la puerta un correntón de aire que ladeó la leve corporeidad de Pedro y, como a una pluma, la sopló por la ventana abierta. Ocurrió en un segundo. Hebe lanzó un grito y la cuerda se le escapó de las manos. Cuando corrió a la ventana ya su marido, desvanecido, subía por el aire inocente de la mañana, subía en suave contoneo como un globo de color fugitivo en un día de fiesta, perdido para siempre, en viaje al infinito. Se hizo un punto y luego nada.
En: Cuentos, Corregidor, 1999

También puedes escucharlo en:

Cuando analizamos un cuento siempre debemos tener en cuenta varias cosas. Por un lado, las características generales de todo cuento. Y por otro, las características específicas del tipo de cuento.
Los cuentos son narraciones ficcionales, en las que un escritor imagina los hechos organizándolos de una manera determinada, contándolos con un vocabulario que elige especialmente. Es por ello, que el mundo representado en todo cuento es siempre una creación, una ficción, protagonizado por personajes y no por personas.

 Los cuentos se caracterizan por:
·         Ser relatos breves, su extensión es menor que la de una novela, lo que implica que no suelen tener amplias descripciones, ni de personajes ni de lugares o épocas.
·         El tiempo y el espacio en que transcurren los cuentos están condensados al máximo.
·         En los cuentos se intensifica la línea argumental, dándole mayor importancia a los núcleos narrativos, estos son las acciones principales del relato que no pueden ser eliminados sin que se pierda la coherencia del mismo. Esto implica que hay menor cantidad de acciones secundarias.
·         Suelen tener pocos personajes.
·         Por lo general, se escriben en prosa.

Tema principal y secundario

La información de las obras literarias es muy numerosa y, a veces, difícil de entender. Es posible "perderse" en la historia contada, confundir algunos hechos o no encontrar el sentido de los textos. Ud. puede utilizar un recurso que le permitirá comprender y disfrutar los textos de ficción.
Este procedimiento se refiere a la identificación del tema principal y de los temas secundarios.
La definición más común de tema principal dice: "es el asunto del que trata una obra". Una vez identificado ese asunto, usted, como lector, establecerá el tema principal teniendo en cuenta que:
·         se expresa en una sola oración unimembre,
·         esa oración debe ser corta y clara,
·         no debe contener los nombres de los personajes,
·         debe nombrar la idea principal que el autor quiere transmitir mediante su historia inventada

Temas secundarios

Aquellos temas que pueden sacarse, puede no hablarse de ellos y sin embargo el cuento seguirá teniendo sentido, constituyen los temas secundarios de un relato o una narración.

3-Determina cuál es el tema principal del cuento El leve Pedro.
4- Indica uno o mas temas secundarios.

El tiempo y el espacio de la narración

Estos dos aspectos forman lo que se denomina el marco de la narración. Nos indican cuál es el lugar, el escenario donde ocurren las acciones contadas por el narrador. A veces, este espacio está precisado claramente a través de nombres concretos o de descripciones detalladas en las que se dan las características del lugar. Otras veces, se debe deducir por ciertos datos del contexto cómo es el espacio donde se presentan los sucesos. Los hechos, en la vida real, se suceden siguiendo un orden cronológico, es decir, uno después de otro. Sin embargo, el narrador, en la historia, puede presentarlos de esa manera, o bien, alterando el orden en que se produjeron, ya que, los hechos que se cuentan son ficticios

5- ¿Cuál es el tiempo en que transcurre el cuento? ¿y el espacio?

Personajes

Los personajes de una narración pueden ser humanos, animales u objetos animados. Podemos conocer las características de ellos a través de las descripciones que haga el narrador (rasgos físicos, vestimenta, actitudes, psicología, personalidad) o bien, por medio de las acciones que realizan o los diálogos en los que intervienen. Los personajes, según su grado de participación en la narración, pueden clasificarse en personajes protagonistas y personajes secundarios.

6- Determina cuáles son los personajes del cuento y cuáles son las características que los distinguen.

Estructura narrativa

Toda narración tiene, básicamente tres partes, a saber: marco o inicio, que nos presenta a los personajes y los sitúa en una época y lugar, nos presenta la situación inicial; complicación o nudo, que nos presenta un hecho o problema que debe ser resuelto; resolución o desenlace, donde la complicación se resuelve de manera favorable o desfavorable.

7- Entonces completa brevemente:

Marco de El leve Pedro:………………………………………………………………..
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Complicación de El leve Pedro: …………………………………………………….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Resolución de El leve Pedro: ………………………………………………………….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

8- Inventa un cuento breve, que mantenga las características distintivas vistas en este trabajo. Esto es: que mantenga las tres partes distintivas de la estructura narrativa; personajes principales y secundarios, un tema principal y al menos un tema secundario, y un tiempo y espacio que sean distinguibles.

Enviar la resolución del trabajo al correo electrónico gustavoadrianreyes2020@gmail.com.
También puedes enviar consultas o sugerencias al mismo correo.

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